Se le llama otitis a la infección e inflamación del oído que puede ser provocada por un virus o bacteria. Se puede ver afectada tanto la parte interna como externa del oído. A continuación mencionaremos las distintas variables de la infección.

Infección aguda del oído: Normalmente comienza de manera repentina y dura un período breve. Con frecuencia es dolorosa y genera malestar constante.

Infección crónica del oído: Este tipo de infección se reconoce cuando el dolor no desaparece o es recurrente. Puede causar daño prolongado al oído y mostrar otras complicaciones más fuertes.

Dependiendo de la ubicación la otitis puede ser:

Otitis externa: También conocida como oído de nadador. Compromete el oído externo y el conducto auditivo externo. Se considera como una forma grave de infección y si no es tratada a tiempo se puede diseminar a los huesos o cartílagos que se encuentran alrededor del oído.

Otitis media (infección del oído): Involucra el oído medio, el cual está localizado justo detrás del tímpano. Por otro lado, la otitis media crónica se presenta cuando la trompa de Eustaquio se bloquea repetidamente debido a alergias, infecciones múltiples, trauma del oído o inflamación de las adenoides.

Otitis media con derrame: Ocurre con la aparición de un líquido espeso o pegajoso detrás del tímpano en el oído medio, pero no hay una infección del oído.